La Estadística es la ciencia que utiliza más el subjuntivo. Tiene su razón de ser. Y, además, esta razón de ser está en la propia esencia de lo que es la Estadística.
Observemos las siguientes frases:
“… el promedio teórico de los cálculos que pudiésemos hacer si tuviésemos todas las muestras posibles”
“… el p-valor, que es una medida objetiva de la posición de los que vemos respecto a lo que podríamos ver si tuviésemos todas las muestras posibles en el caso de que fuese cierta la H0.”
Estas frases son el día a día en un curso de Estadística. Porque en Estadística siempre estamos estableciendo comparaciones entre lo que tenemos y lo que pudiésemos tener. Pensemos que muchas técnicas estadística en su proceso de decisión comparan el llamado “Observado” (la muestra que se tiene) con el llamado “Esperado” (lo que deberíamos ver si fuera cierta la Hipótesis nula.
El mismo p-valor, columna vertebral de las decisiones estadísticas, está fundamentado en este diálogo. De hecho, se puede decir que el p-valor es la traducción numérica de este diálogo entre lo que tenemos (Indicativo) y lo que pudiésemos (Subjuntivo) tener en el caso de que fuese (Subjuntivo) cierta la Hipótesis nula.
En realidad, en Estadística, y, por lo tanto, en Ciencia, las decisiones se toman a partir de una muestra, pero siempre tratándola de situar en relación a las muestras que hubiésemos podido tener en el caso que fuese cierta la Hipótesis nula, que es lo que podemos decir antes de hacer cualquier estudio de una realidad determinada.
En Estadística, por lo tanto, siempre estamos estableciendo un diálogo entre lo que vemos (el Indicativo) y lo que hubiésemos (el Subjuntivo) podido ver en unas circunstancias determinadas que nos interesa evaluar.